Petrología ígnea y metamórfica

El alumnado conoce los procesos mediante los cuales los magmas son generados en el manto o la corteza, ascienden y se almacenan en diferentes niveles corticales para eventualmente ser emitidos en la superficie de la Tierra. El conocimiento de los sistemas ígneos ayuda a comprender la evolución de la tectónica regional y es útil para la exploración de los depósitos minerales y sistemas geotérmicos. Los procesos que modifican e integran la composición y propiedades físicas de los magmas repercuten en la dinámica eruptiva. El alumnado aprende a hacer descripciones detalladas de campo, técnicas experimentales, petrológicas, geoquímicas y microanalíticas.

A su vez, el alumnado estudia rocas y materiales transformados por procesos de recristalización en estado sólido y a temperaturas superiores a las de la diagénesis. Dado que los sistemas metamórficos abarcan casi todo el volumen del planeta y de los cuerpos análogos del sistema solar, estos conocimientos permiten al alumnado comprender el comportamiento tectonotérmico, químico y temporal de los procesos cíclicos que han construido y modificado la arquitectura de las capas superiores del planeta (manto y corteza), y con ello la formación y evolución posterior de los continentes y océanos, desde sus inicios hasta el presente. Comprende también la capacidad que tienen las rocas metamórficas para integrar fluidos como el agua en su constitución mineral, transportarlos a grandes profundidades y liberarlos, con lo cual controlan en buena parte fenómenos de relevancia extraordinaria para la humanidad como son el clima, el vulcanismo y la formación de la mayor parte de los yacimientos minerales. Por otro lado, aprende cómo el estudio experimental de estas rocas en el laboratorio permite reproducir a la vista la formación de las rocas metamórficas.

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